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Herramienta virtual para personas con TELA.

Las herramientas virtuales personalizadas mejoran la interacción social en niños y niñas con TEA

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Vigo, 31/10/22 (07:57)
  • Elegir el género o los intereses de los avatares puede incrementar la eficiencia de los recursos tecnológicos
  • Este estudio constituye la tesis doctorado del investigador Luis Fernando Guerrero

Las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) sufren una disfunción neurológica que se manifiesta a través de una serie de síntomas que dificultan la comunicación y, sobre todo, las interacciones sociales y afectivas. Este trastorno suele diagnosticarse a edades tempranas y una intervención en esta primera etapa puede ayudar a que los niños y niñas con autismo puedan adquirir habilidades sociales que les permitan conseguir la madurez con una inserción social adecuada. 

En concreto, las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, han demostrado su utilidad como herramientas para los tratamientos terapéuticos de varios tipos de trastornos del neurodesarrollo, especialmente en el caso de personas con TEA, que tienen una notable disposición y preferencia por el uso de dispositivos tecnológicos. No obstante, el autismo se caracteriza por la diversidad y por las diferencias muy marcadas entre las personas que lo sufren, incluso cuando los trazos diagnósticos son similares. Por lo tanto, aunque las TIC suponen una oportunidad para el desarrollo de soportes terapéuticos, las soluciones generalizadas no son efectivas y resulta preciso diseñar soportes personalizados. Consciente de este defecto, el investigador Luis Fernando Guerrero decidió centrar su tesis de doctorado en mostrar las ventajas de la generación de soportes tecnológicos personalizados en función de los perfiles de los usuarios, ya que ayudan a generar un sentimiento de autoidentificación y de pertenencia hacia las herramientas, mejorando consecuentemente la eficiencia de la intervención terapéutica.

Ecuador, foco del estudio

La tesis, dirigida por los profesores Martín López Nores y Jack Fernando Bravo, se desarrolló en el marco del Programa de doctorado internacional en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, DocTIC, del centro de investigación atlanTTic. El punto de partida fue el uso de trazos físicos, como sexo o raza, y de las características diagnósticas individuales de cada persona con TEA para la personalización de interfaces de interacción basadas en avatares. Además, Guerrero testamentó en el contexto concreto de la población de Ecuador la efectividad del uso de estos avatares personalizados en las intervenciones terapéuticas.

Como explica el investigador, "la primera estrategia se basa en la inserción de trazos étnicos propios de los grupos humanos del lugar donde viven los participantes en la terapia, mientras que la segunda se basa en el uso de características diagnósticas propias del trastorno como son los denominados intereses restringidos, consistentes en fijaciones, preocupaciones o fascinaciones por temas específicos, con intensidad o concentración anormal y un apego permanente".

Para probar estas estrategias, Guerrero creó un conjunto de avatares con características de los principales grupos étnicos del Ecuador (mestizos, blancos y afroecuatorianos) y de ambos sexos. Además, procuró que los trazos antropomórficos coincidieran con los de un niño o niña de entre 9 y 10 años y añadió la posibilidad de modificar el atuendo y el escenario. La herramienta fue desarrollada desde cero, apunta el investigador, y para hacerlo empleó como punto de partida "fotografías de niños y niñas de diferentes grupos étnicos del país". 

El género y los intereses restringidos, las claves de la personalización

Una vez diseñada la herramienta, el investigador realizó la evaluación en dos etapas. En la primera participaron 31 niñas y niños neurotípicos sin ningún trastorno o discapacidad que tuvieron que elegir un avatar para mantener una interacción. "Los resultados indican que los rasgos étnicos no son un factor crítico" a la hora de elegir un avatar, pero el género "es fundamental y debe coincidir con el del participante para garantizar una interacción adecuada", explica.

En la segunda etapa, el investigador trabajó con un grupo de control compuesto por 16 niñas y niños neurotípicos de alrededor de 10 años, otro grupo de control de niños con TEA con un promedio de 5 años y con un grupo experimental formado por una niña y seis niños de edad promedio de 6 años. Con el grupo experimental "se evaluaron los intereses restringidos, concretamente el atuendo y el escenario de los avatares". Empleando observación directa por parte de los terapeutas y un sensor para la detección de la dirección de la mirada, se determinó que estos elementos "sirven como motivadores para incentivar la interacción y enfocar la atención". Además, el investigador también advirtió que mientras en el grupo control "la atención disminuía conforme avanzaban las sesiones terapéuticas", en el grupo experimental con avatares personalizados la atención se mantenía constante.

Para Luis Fernando Guerrero, estos resultados demuestran que "la personalización basada en el género de los avatares y nos intereses restringidos permite incrementar la eficiencia de los recursos empleados en la interacción social de las personas con TEA y podrían ser utilizados en otras soluciones tecnológicas". En este sentido, añade que todo apunta "a que existe un largo recorrido por delante en la investigación en aspectos de personalización de soportes para terapia del TEA como continuación de este trabajo".

Tema: General
Fuente: Diario da Universidade de Vigo
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